Loreto Rojas, doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, mostró las complejidades de las torres de Estación Central a través de una pieza audiovisual financiada por el Fondo de Innovación y Creatividad de la Dirección de Investigación y Publicaciones de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado.
La académica, directora del Departamento de Geografía UAH y cuya tesis doctoral sentó las bases para este proyecto, busca dar luces sobre los problemas sociales, psicológicos, económicos y políticos que acompañan a estos colosales edificios en pleno corazón de la ciudad y muy cerca de Santiago centro.
Su investigación se centra en la planificación urbana y el impacto de estas megaconstrucciones: “Quería comunicar de una manera que trascendiera a la escritura académica tradicional. El lenguaje audiovisual tiene el poder de llegar a un público más amplio”, señaló.
Según observó a lo largo de la producción, estas estructuras ambiciosas influyen en la dinámica de las comunidades, derivando en una mayor ocupación de los espacios públicos. Una cuestión fundamental que surge en este contexto es la falta de privacidad y la convivencia en estos barrios verticales, los cuales “no tienen la posibilidad de generar un espacio que sea verdaderamente un hogar”, comenta Rojas, quien investigó de primera fuente la experiencia de sus residentes.
El ruido, los olores, la falta de espacios de dispersión para los niños y la falta de intimidad emergen como desafíos notables que proyecta la geógrafa: “Vivir en 30 m2 en una edificación de más de 1000 departamentos tiene un impacto social ya que no hay espacios de uso público”. Y ejemplifica: “Los niños no tienen dónde jugar; juegan en los ascensores, en los pasillos, en los estacionamientos, en las escaleras de emergencia y eso, obviamente, también es un fenómeno súper complejo”.
En cuanto a las circunstancias que permitieron este imponente muro que alberga alrededor de774 familias, la especialista destaca que existe una “falta de regulaciones específicas para esta forma de vida vertical, la cual ha dejado a muchas de estas comunidades enfrentando desafíos legales y de convivencia”. Asimismo, destacó la importancia de mantener un número importante de nuevos habitantes con reducidos servicios básicos del aparato estatal, tales como educación, salud, trasporte, etc.
Según relata la académica, en la medida que los barrios verticales continúan proliferando, es crucial abordar estos desafíos con la elaboración de regulaciones adecuadas para evitar la reproducción de problemas sociales.
En definitiva, estas imponentes masas en bloque representan una solución a la densidad poblacional creciente y plantean preguntas fundamentales sobre cómo definimos y garantizamos la calidad de vida y la repercusión en el entorno en estos nuevos contextos.