Fuente: El Mostrador.cl
Lejos de ser un derecho garantizado, la maternidad puede ser, en muchos casos, hasta un lujo. En Chile, solteras y lesbianas se enfrentan a los altos costos de los tratamientos de reproducción asistida (TRA) y a la falta de cobertura de estos servicios en el sistema de salud público cuando quieren ser madres.
Y aunque es un obstáculo que está presente en otros países de América Latina, el panorama pudo haber mejorado para las chilenas si se aprobaba la Constitución rechazada el pasado septiembre, texto en el que se señalaba que el Estado reconocería y garantizaría “el derecho de las personas a beneficiarse del progreso científico para ejercer de manera libre, autónoma y no discriminatoria, sus derechos sexuales y reproductivos”.
En la actualidad, las solteras y parejas de lesbianas solo pueden acceder a estos tratamientos por medio de clínicas privadas, ya que el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) de Chile solo los financia para parejas heterosexuales con diagnóstico de infertilidad. Los intentos sin costo son limitados y los programas no contemplan la donación de gametos o embriones.
El valor que tienen que invertir varía según al tipo de técnica (de baja o alta complejidad), de las veces que se realice y de la cantidad de muestras de esperma o incluso de óvulos donados que necesite la mujer, ya que las probabilidades de un embarazo en un primer intento son bajas, por lo que los tratamientos pueden pasar de los 3.000 dólares…
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