Fuente: Ciperchile.cl
Álvaro Soto, académico de la Facultad de Psicología UAH.
Columnas recientes de CIPER Académico han sentado las bases para una discusión en torno a la participación de trabajadores en los directorios de las grandes empresas, debate iniciado por el diputado y precandidato presidencial, Gabriel Boric. Tanto la columna de Ahumada y otros/as como las de Mora y Otero aportan evidencia contemporánea para sostener que la co-determinación (a) es compatible con el progreso económico y social; (b) es una oportunidad para el desarrollo democrático de las sociedades, y (c) asume formas diferentes según el momento histórico y el peso de los actores sociales involucrados. Ambos textos coinciden, además, en sugerir que la situación social actual –el desprestigio del modelo y de las elites, el colapso del poder político y la discusión constituyente, entre otros- ofrece buenas condiciones para profundizar el debate sobre la co-determinación en Chile.
Esta columna intenta revisar nuestra historia respecto de la participación de trabajadoras y trabajadores en las empresas. El foco estará puesto en dos situaciones específicas: (a) la experiencia de democracia industrial de la Unidad Popular en el área de propiedad social de la economía y (b) la evolución de la participación de los trabajadores en Codelco en las dos primeras décadas luego del retorno a la democracia. Antes de analizar los casos mencionados, se revisarán brevemente los debates y reformas implementados desde los 60’ en Europa para potenciar la participación de los trabajadores en empresas.
LA DEMOCRACIA INDUSTRIAL DE LOS 60’ Y 70’
En los 60’ y 70’ se desarrollaron con mucha fuerza en países de Europa debates sobre la representación de los trabajadores[1]. Lo que ha sido denominado “democracia industrial” (Sainsaulieu, 1997; Córdova, 1981) refiere a una serie de iniciativas que buscaban potenciar su participación a través de representantes que integraran instancias clave en la toma de decisiones (participación indirecta, en cuanto hay representantes de los trabajadores ante la empresa); o desde la experimentación de nuevas formas que facilitaran la expresión y la creatividad de los trabajadores en su actividad cotidiana (es decir, una participación directa en la actividad de trabajo)…
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