Fuente: Latercera.com
La Comisión Desafíos del Futuro del Senado de Chile, presidida por el senador Guido Girardi, aprobó hace unos días el proyecto de reforma constitucional que modifica el artículo 19, número 1°, de la Carta Fundamental, estableciendo “el resguardo de la actividad cerebral, así como de la información proveniente de ella”. A partir de este tipo de medidas, se está articulando en diferentes ámbitos dentro del país una conversación en torno a la regulación de los avances neurotecnológicos.
Es importante para el desarrollo de este debate tener presente la coyuntura de la que emerge la propuesta del Senado y los desafíos que conlleva.
Durante la última década, organismos gubernamentales de todo el mundo han liderado una revolución neurotecnológica. Espoleados por la creación de la Iniciativa BRAIN de los Estados Unidos en 2013, que financió la investigación pública para el desarrollo de la neurotecnología y la inteligencia artificial, China, Corea, la Unión Europea, Japón, Canadá y Australia han creado proyectos de investigación nacionales o regionales similares.
Además, los grupos responsables de estos grandes proyectos crearon en 2017 una Iniciativa Internacional sobre el Cerebro (International Brain Initiative) que cataliza la investigación en neurociencia mediante la colaboración internacional. Estas estrategias colaborativas para el progreso del conocimiento del cerebro humano y el tratamiento de enfermedades psiquiátricas y neurológicas condujeron al desarrollo de neurotecnologías y técnicas que tienen una capacidad sin precedentes (tanto en términos de alcance como de fiabilidad) para “leer” o detectar estados mentales mediante la interpretación de patrones de actividad neuronal y “escribir” o modificar estados mentales mediante la modulación de la computación neuronal…
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