Qué puede explicar el descontento, porque no parece ser la macroeconomía. Nuestros progresos económicos de las últimas tres décadas son notables comparado con lo que se logra en el mundo. Entonces, qué hechos han sido gravitantes para saber qué ha provocado esta explosión civil.
- Brusco y súbito pánico de grupo entre los 55 y 60 años al constatar que jubilarán más pobres que en la vida activa. El sistema de AFP no es culpable. Sí lo son: sueldos previos bajos, 10 años más de vida, cotización porcentual baja, lagunas, etc. En realidad, jubilar más tarde y subsidios aparecen como mitigadores de corto plazo. Una reforma profunda es necesaria.
- Santiago segregada y enormemente expandida es una ciudad agotadora. Se requiere urgente planificación urbana de verdad.
- Masiva decepción respecto de los liderazgos: Ejército, Carabineros, iglesias, políticos, colusión empresarial.
- Los políticos no dejan gobernar a los políticos. La lentitud del proceso legislativo en temas claves no es demostración de un gran detalle y minuciosidad en la elaboración de leyes (muchas hasta mal redactadas). La gran división, herencia del sistema binominal, hay que terminarla para recuperar la capacidad de adaptación social.
- Los propios parlamentarios a veces comienzan a legislar, sin respetar la ley y la Constitución. Eso ha llevado al TC a asumir un rol de colegislador (que a veces nos gusta y otras, nos carga). La Corte Suprema también quiere legislar.
Varios temas más se pueden agregar y son válidos, aunque algunos se extreman. Los índices de salud de Chile son espectaculares, pero las personas no tienen atención amable, deben esperar horas y a veces no son atendidas, etc. Se alega alto costo de la educación, pero la nueva gratuidad universitaria y escolar desmiente con creces aquello. Se hace un escándalo con la desigualdad, que ciertamente es enorme y no solo económica, pero no se reconoce que la distribución del ingreso ha mejorado sostenidamente en las últimas décadas.
Decir que Chile tiene problemas parece chiste cruel, porque la verdad es que también tiene logros fantásticos. Los avances en eliminación de la pobreza, los equilibrios macroeconómicos y muchas mejoras microeconómicas son grandes logros y no podemos, por arreglar lo que tenemos que reparar, echarlos a perder.
Primero tenemos que mejorar la política. Pero buena parte de lo demás que queremos requiere mucho dinero y para ello hay que crecer y redistribuir, pero no solo esto último. Necesitamos estimular la inversión para crecer más.
El aporte de la Economía Social de Mercado, aplicado en Alemania, radica en el principio de relacionar una buena economía con la equidad social. Es el conjunto, el bien común lo que vale, no solo sus partes. Desde 2005 hasta hoy hemos bajado del lugar 21 al 59 en el ranking de mejor país para invertir (190 economías en total). Necesitamos generosidad y solidaridad para que el país sea rico vivirlo, pero también persistir en un camino de crecimiento atrayendo la inversión.
Jorge Rodríguez Grossi, académico Facultad de Economía y Negocios
Publicado en https://www.latercera.com